Mis ojos encontraron sus labios, esos tan inmaculados por momentos, y pervertidos por otros, tan pecaminosos que humedecen lugares inimaginables en mi, hasta donde mi piel desaparece y mi gemidos se expanden...
Mis suspiros encontraron sus dedos, tan gigantezcos y capaces de sostenerme, abarcarme, penetrarme.
Mi espalda descubrió su respiración tan caliente, entrecortada.
Mi alma encontró su corazón, ese que toca, ese que besa, ese que respira, y lo hace cerca de mi, sobre mi, al compás de mis deseos.
Y después de todo eso... expliquen ustedes con que deseos tengo yo de escribir, cuando si fuese por mi... me enterraría en eso, el amor.
Después del AMOR que...