Después del uno, viene el dos.
Pero contar me dolía, era hiriente, no quería salir del uno... así que opte por caminar sobre los números sin importancia alguna, solo pisarlos, de lo posible sin dejar marcas, ni recoger arenas en mis zapatos.
Despertaba y siempre apoyaba los dos pies a la vez. Por si las dudas, no quería sorpresas.
Pero el descuido me hizo saltar, y esta vez sin mirar en donde.
Ya pasé por aquí. Ya reí contigo, ya viaje contigo, ya toque tu piel, ya baile sobre ti, hasta soñé contigo y no comprendía el porque.
Resulta ser que por mas intentos de negarme a contar, la vida lo hace por mi. Y ya te había contado, fuiste un de esos tantos números.
Pero quede enterrada, sin darme cuenta estoy sin zapatos con mis pies sumergidos en tus arenas. Atrapada, bueno.. en realidad no, pero me siento tan cómoda que no quiero irme de aquí.
No ahora cuando te miro, y ríes cuando río, y planeamos viajes y nos tocamos y algo mas que eso, nos sentimos.
Hoy despierto y se tu nombre, se que eres tu quien me abraza mientras dormimos.
Volví a contar... desde el principio.
Te quiero y no me apeno al decirlo.
